Llevar al bebé a casa
¡Su bebé ya está aquí! Vea lo que puede esperar en sus primeros días en casa.
Llevar al bebé recién nacido a casa es emocionante, pero también puede ser abrumador. No se preocupe, ¡todo saldrá bien! Esto es lo que puede esperar los primeros días en casa con su bebé.
Su recuperación
El parto es un trabajo duro, ¡y usted lo hizo! Ahora que está en casa, es importante que se cuide con el mismo esmero que cuida a su bebé. Sobre todo si tuvo una cesárea. Duerma mucho y elija alimentos saludables. Reciba visitas solo cuando se sienta preparada. Pídale ayuda a su pareja, su familia y sus amigos cuando lo necesite.
Usted también puede tener altos y bajos emocionales. Sus hormonas están cambiando y, aunque esté enamorada de su bebé, ¡ser madre primeriza es agotador!
Si tiene sentimientos profundos de tristeza, dificultad para dormir, irritabilidad, cambios en el apetito y problemas de concentración, estos pueden ser una señal de depresión. Si le preocupa la forma en la que se ha estado sintiendo, es importante que consulte a su médico todas sus inquietudes. El Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños (WIC, por sus siglas en inglés) también puede ayudarle a ponerse en contacto con los servicios que pueda necesitar. El teléfono de ayuda nacional está disponible las 24 horas del día en el 1-800-662-HELP para conectarse con las redes de apoyo y recursos locales.

Su bebé
Cuando regrese del hospital o del centro de maternidad, siga abrazando a su bebé para ayudarle a adaptarse a la vida fuera del útero. El contacto piel con piel con su bebé también le ayudará a regular sus hormonas y le ayudará con su producción de leche para amamantar.
En la primera semana llevará a su bebé a sus primeras revisiones. Y su médico o enfermera responderá a cualquier pregunta que tenga sobre su bebé y la lactancia materna.

La lactancia materna
Durante los primeros días en casa, le parecerá que lo único que hace es cuidar de su bebé. A medida que su leche cambia de calostro a leche madura, el bebé debe alimentarse a intervalos y con frecuencia, entre 8 y 12 veces cada 24 horas. Dado que los bebés no se alimentan según un horario, es mejor observar las señales de hambre de su bebé y no el reloj.
Puede ver si su bebé está recibiendo suficiente leche haciendo un seguimiento del color, la textura y la frecuencia de sus deposiciones y los pañales mojados. Si parece que su bebé tiene demasiado sueño para comer, no moja o ensucia lo suficiente los pañales o no come al menos 8 veces al día, hable con el médico de su bebé.
En la primera o segunda semana en casa, su bebé puede pasar por un periodo de crecimiento rápido, conocido también como estirón de crecimiento. Si esto ocurre, su bebé necesitará comer más a menudo, probablemente cada hora. Si le preocupa la producción de leche, guíese por lo que le indique su bebé. Su cuerpo se adaptará a las necesidades del bebé.
Recuerde, aunque esto parezca mucho, es solo temporal. Pída a su familia y sus amigos que la apoyen y ayuden a superarlo. Ellos pueden cambiar pañales, hacer mandados y abrazar a su bebé mientras usted descansa. De este modo, solo tendrá que centrarse en alimentar a su bebé.
Alimentar a su bebé en esos primeros días no es fácil. Si se enfrenta a desafíos, no está sola. Las mamás primerizas suelen hacerse estas preguntas:
- ¿Cómo puedo saber si el bebé está tomando suficiente leche?
- ¿Qué debo hacer si siento los senos demasiado llenos o incómodos?
- ¿Qué pasa si mi bebé no se agarra bien del área del pezón?
- ¿Qué debo hacer si me duelen los pezones?
- ¿Cómo puedo saber si mi bebé tiene hambre?
- ¿Y si mi bebé quiere mamar a todas horas?
Dónde encontrar ayuda
Hay muchas formas de obtener ayuda:
- Comuníquese con su clínica local del WIC.
- Llame a la línea de ayuda de la Oficina de Salud de la Mujer (OWH) al 800-994-9662 para hablar con consejeras capacitadas en lactancia materna.
- Pregúnteles a su familia y sus amigas, quizás a su propia mamá, hermana, abuela o mejor amiga, qué es lo que mejor les ha funcionado.
- Pídale al papá o a otros miembros de la familia que le ayuden también.